Vuca sin miedo. Cuando el mundo cambia de repente y se producen acontecimientos inesperados y de enorme impacto, las gentes se preguntan: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ha ocurrido? Lo normal es no encontrar respuestas normales (como las de toda la vida). En ese momento, se genera una sensación de vacío, más bien de miedo que, precisamente, permite abrir la puerta a otra realidad desconocida pero que intuitivamente sabemos que se impondrá de ahora en adelante: Bienvenido el mundo VUCA.
Lo ocurrido en el mundo en los últimos quince años ha favorecido el entorno VUCA, que se basa en el adecuado manejo de sus cuatro valores: volatilidad, complejidad, incertidumbre y ambigüedad. Este entramado abrirá un sinfín de posibilidades que nunca antes habían existido.
VUCA ha transformado la manera de actuar y las relaciones con los demás, ha permitido a través del uso de la tecnología llegar a todos los rincones del orbe conocido y hacerlo en tiempo real, dando carta de naturaleza a los conceptos de la globalización y ha logrado que lo desconocido se haga palpable y cierto.
Aun VUCA tendrá que vencer tres grandes escollos: de un lado el rechazo de todo aquello que genera temor y miedo a lo desconocido; de otro el cinismo imperante en la raza humana que quiere y no se atreve o que quiere y duda y critica, y finalmente, la sustitución de valores especialmente los que gobiernan los espacios económicos (por otro lado imprescindible, dejando atrás los que coparon el espíritu de la segunda mitad del XX).
VUCA llamado a convertirse en el nuevo “statu quo” que estructurará la personalidad colectiva de las primeras décadas del siglo XXI. Un desafío a la racionalidad entendida desde el clasicismo y un reto a la intelectualidad humana para que comience a comprender y a actuar desde lo intangible y lo difícilmente comprensible.
El reto es: quitar miedo a VUCA para vivir en VUCA.
