Satisfación, insatisfación y valentía

Satisfación, insatisfación y valentía

jueves, 10 junio, 2021

Satisfación, insatisfación y valentía . La satisfacción es el cumplimiento de una sensación de deseo o de gusto. Una forma natural de satisfacer una necesidad. La satisfacción es sinónimo de calidad de vida. ¿Te has dado cuenta de la energía que trasmites cuando estás satisfecho? “Poder mirar hacia atrás, hacia nuestro pasado, con satisfacción, es vivir dos veces” (Marcus Valerius).

La insatisfacción nos provoca el estado de desequilibrio que anunciaba la psicología humanista y que el íntimo silencio personal proclamaba como fundamento del romántico existencialismo. Era la angustia vital, quizá causante de la gran crisis existencial del siglo XX. Generalmente estamos insatisfechos cuando nuestra vida está dirigida por metas o valores que no compartimos y que nos han impuesto como reglas para sobrevivir sea personal o profesionalmente consideradas. Todo ello nos conduce inexorablemente a un profundo desequilibrio. (Las cuatro manifestaciones de la insatisfacción enunciadas por la filosofía Gestalt).

Si la situación que vivimos no nos aporta ningún beneficio, rompamos y seamos valientes. La valentía es esfuerzo y decisión y, por supuesto, es un valor universal que nos enseña a abandonar aquello que nos drena energía y nos amenaza inútilmente. Hay que luchar y defender lo que para nosotros vale la pena y nos aporta satisfación, de igual manera que hemos de ser valientes para luchar en contra de aquello que nos causa insatisfacción.

Valentía es mantener lo correcto, desechar lo malicioso y falso y saber reconocer nuestra propia «nube de algodón”. Sin embargo nos asalta una pregunta: ¿Por qué tenemos que ser valientes?

“La valentía es provechosa, nos permite crear buenos hábitos porque nos conduce a terminar con el conformismo y mediocridad, con independencia del resultado final. Al ser valientes, arriesgamos; y si hubiera una sola manera de alcanzar el éxito, esa sería el riesgo gestionado. Seamos valientes aunque tengamos miedo” (John McCain).

Romper amarras es un intento gigantesco para terminar con las situaciones limitantes que nos agobian y nos atan. Autoanalizarnos nos va a permitir reconocer las barreras y nudos y al tiempo decidir si queremos terminar con la situación o no, y qué haremos cuando quedemos liberados. De nuestra libertad nosotros mismos somos el único instrumento.

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