Mi “yo creativo” en tiempos de pandemia

jueves, 7 enero, 2021

Mi “yo creativo” en tiempos de pandemia. Es difícil en estos complicados momentos de pandemia y confinamiento aislarse de los entornos tóxicos, liberándonos de presiones y miedos, y dedicarnos a prácticas que nos enriquezcan como la lectura, el estudio o simplemente el pensamiento. Cualquiera de ellas es un estupendo ejercicio intelectual propicio para esa nueva normalidad que nos ha tocado vivir y que ha reducido drásticamente nuestras “relaciones sociales”, aquellas que en la realidad pasada tanto nos han aportado.

Sin embargo, ahora tenemos más tiempo para dedicarlo a nuestro “yo creativo” y eso, seguro, nos hará crecer y nos proporcionará enormes satisfacciones. Todos conocemos casos de amigos o familiares que han descubierto facetas ocultas de su personalidad. Fluyen nuevas competencias que se guardaban como inexistentes que, como expone Spencer, son actitudes o características subyacentes de una persona que está causalmente relacionada con criterios nuevos, desempeños efectivos o nuevas situaciones.

Nuestro personal e intransferible “yo creativo” nos permite replantearnos lo que hemos vivido en los últimos ocho meses y cómo lo hemos vivido (siendo, en este caso, el cómo mucho más importante el qué). Es el momento de ganar y no alimentar las heridas de lo que hemos perdido. Ganar en fortaleza personal, en las oportunidades de nuevos y abiertos horizontes y sobre todo en el crecimiento de nuestro espacio personal, espacio propio para desarrollar nuestro espíritu (y por qué no) nuestro cuerpo.

Buscar con qué combatir el confinamiento.

En mi caso, al enfrentarme a un folio en blanco y escribir, a mi manera, versos y poemas, e incluso tener la valentía y la ilusión de publicarlos, ha sido la mejor medicina para combatir al monstruo de nuestros días. Recomiendo que cada uno se busque su ilusión y la acometa con ímpetu. Será una fuente de energía increíble.

He aprendido mucho de la poesía. La poesía me ha enseñado a entender las vicisitudes de la vida de una manera más esperanzadora. Quizá no sea suficiente para llegar al perdón, ni a la solución, ni al éxito, ni siquiera a la fugaz felicidad de momentos inolvidables, pero sosiega el espíritu y genera motivación para trasmitir emociones a otras personas. Por ello, doy las gracias a la poesía en la que estoy navegando otra vez.

Desarrollar el «yo creativo».

No se trata de vivir en trascendencia, ni de intentar pontificar sobre algo o sobre nada. Tampoco es una trampa para la mera supervivencia. Es un “mínimo o máximo” renacimiento que va a facilitar jugar como abanico con nuestras neuronas y abrir la mente exponencialmente a un mundo que llega: el mundo de la incertidumbre y de la ambigüedad, a la realidad de una complejidad desconocida que tendremos que gestionar con criterios que hoy todavía no existen y que probablemente nunca conoceremos.

Así las cosas, aún nos quedan semanas, e incluso meses, de incertidumbre, y para muchos de pesadumbre. Por ello, insisto en la bonanza de hacer hueco para desarrollar el “yo creativo” y robar horas al día para regalárselas a nuestra imprevista creatividad personal. Un reto al que, sin duda, yo me apunto cada mañana.

Mi último libro

Aura 73 Poemas

Últimos escritos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Utilizo cookies para asegurarte una mejor experiencia como usuario de mi sitio web. Si continúas utilizando este sitio asumiré que estás de acuerdo con mi política de privacidad