Lo contingente o la maravillosa aventura de la vida. La sociedad actual, sea en sus escenarios económico, político, de negocios, cultural o cualquier otro, proclama la importancia de lo contingente por varias razones. En primer lugar, por la velocidad que imprime esta la sociedad en sus relaciones humanas (profesionales y personales): a una circunstancia en un momento dado le sustituye otra, y luego otra y así sucesivamente y a tal rapidez que parece que cada momento se desvanece y no perdura.
En segundo lugar, lo contingente representa oportunidad. La oportunidad de aprovechar la ocasión y obtener réditos de ella. Lo oportuno surge en el momento, En la coyuntura. Al hombre de hoy se le exige constante vigilia para vivir la contingencia como su oportunidad de evolución.
Una tercera perspectiva, considera que lo contingente es lo que de manera más directa y firme influye en las emociones, los sentimientos, la voluntad y la energía. La neurociencia también ha advertido la actividad cerebral ante estímulos producidos de manera inesperada haciendo reaccionar los instintos básicos de cada persona (incluyendo la inteligencia antes que el razonamiento).
Lo contingente es, pues, lo inesperado; y lo inesperado no hay que considerarlo como un problema sino como una posibilidad de gestión diferente y, por lo tanto, resultados diferentes. Lo inesperado requiere preparación, acción y pro-actividad.
Una quinta enseñanza que se atribuye a la contingencia es la visión de la realidad bajo prismas diferentes de aquellos que aplicamos usualmente. Ver la realidad desde otra perspectiva, visión nueva y mente abierta parece constituir un binomio adecuado: en definitiva, vivir al límite del cambio. Lo contingente también puede representar un riesgo, por ello hay que aceptarlo estando preparados para gestionar el nuevo tiempo, el posible tiempo-riesgo que conlleva lo instantáneo, lo veloz, lo pasajero pero que de igual manera representa lo profundo, lo fuerte o lo severo. Así son los sucesos actuales que han dado al traste con la consabida planificación estratégica.
Por último, lo contingente tiene la cualidad de incrementar la vida experimental, por lo tanto, junto a su connatural subjetividad, aúna capacidad vital, desarrollo y sabiduría. La experiencia como fuente de futuras actuaciones coherentes y eficaces.
Estas características de lo contingente exigen que el hombre sea flexible, adaptable, que esté atento a la evolución de su entorno y que sea capaz de actuar con la diligencia que se espera de él. El hombre VUCA.
Debería advertirse que difícilmente lo contingente surge de manera tan disruptiva que sea inadvertido para todos. Es más frecuente que se produzca algún síntoma o aviso previo a su posible manifestación (igual ocurre a sensu contrario). A pesar de ello hemos comprobado en las últimas décadas cómo el mundo presenta realidades contingentes manifestadas con absoluta vehemencia insospechada. ¿Recuerdan algunas…?
Lo contingente es tanto como aceptar que la vida cotidiana de los hombres está marcada por hechos inmediatos que suceden momento a momento y que definen un devenir desconocido. Confirma la maravillosa aventura de la vida.
