Liderazgo y ambigüedad en VUCA (2/2). Según Marcelo Manucci, en la ambigüedad se facilita la capacidad de liderazgo de todas las personas, y afirma: “cada uno de nosotros es propietario de la realidad que construye. Se acabaron los conceptos fijos, los tiempos fijos, los objetivos fijos. Ya nadie trabaja en espacios o tiempos seguros y estables”.
La ambigüedad evidentemente transforma la manera de ver cualquier cuestión. En primer lugar puede generar desconfianza y desde luego inseguridad y miedo. También es cierto que los entornos VUCA provocan estados más seguros y más reales (dentro de la indefinición que le es propia). Se ha buscado en la tecnología una herramienta mundialmente reconocida y aceptada que mitigue la ambigüedad, pero no hay que olvidar que la profusión de datos puede resultar perjudicial al tener que filtrarlos y conformarlos a la realidad cambiante del momento. Puede llegar a ser cierto que cuanta más información, más confusión.
Las características que definían a los líderes de final de siglo, son completamente diferentes a las que define a los líderes en tiempos de ambigüedad. Han pasado solo dos décadas, pero los cambios son enormemente significativos. En VUCA el líder debe tener otras cualidades: inteligencia emocional, la capacidad para identificar talentos, una visión aguda y anticipadora, un proceso mental ejercitado, ágil y seguro, dominio tecnológico, valentía y finalmente tiempo para la reflexión personal.
El escenario donde realmente se muestra hoy el liderazgo es precisamente en la ambigüedad. Estos líderes, estandartes de la ambigüedad, aceptan de la realidad y por ello lo nuevo, sienten entusiasmo por el cambio, ejercen un trabajo colaborativo como arma de conexión, saben que la tecnología es el mayor aliado y mejor vía de comunicación y por supuesto están permanente aprendiendo de los errores.
Dary Córner (más pesimista), escribida: “La mayoría de los líderes de hoy no están preparados para enfrentarse a la dinámica de VUCA, porque les falta una apreciación de la tensión que existe entre las demandas, cada vez más complejas del entorno, y los escasos recursos disponibles que aportan las organizaciones en estas rupturas”.
Con todo se puede concluir que ha desaparecido el liderazgo directivo, dejando paso a un estilo colaborativo, de intercambio de conocimientos, de inteligencia común, en el que la visión, la valentía a lo desconocido, la capacidad de crear y la conexión comunicativa de la tecnología son las nuevas leyes del liderazgo VUCA eficaz. El liderazgo en tiempos de ambigüedad genera, constantemente, nuevos líderes, pero de corta duración.
No se trata de un liderazgo menos humano, se necesita un líder doblemente enfocado: a la realidad global y veloz y a la armonía de los pensamientos y comportamientos que hoy VUCA proclama imprescindibles. Quizás la pasión que definió el éxito en las últimas décadas deba mutarse por el concepto de energía; el concepto de mando por transparencia y el sentimiento por el concepto de emoción.
