Liderazgo y ambigüedad en VUCA (1/2). El liderazgo ha sido desde los años 60 uno de los temas favoritos de los autores de la ciencia del management. Se ha estudiado, también, bajo perspectivas psicológicas, sociológicas, organizativas, empresariales y, por supuesto, de los recursos humanos. Todo ello se escapa de nuestro objetivo de hoy. Nos centraremos en repasar el contenido del liderazgo con la mirada de la ambigüedad VUCA.
Se ha producido una tremenda revisión del liderazgo de finales del XX, al actual. En la década de los noventa convivían, de alguna manera, el liderazgo transaccional con el liderazgo transformacional. El primero se basa en las relaciones existentes entre líderes y sus seguidores, con una enorme capacidad de contacto personal o de relación fuera del tipo que fuera. Un liderazgo directo, conocido, integrador y estable. El liderazgo transformacional tiene como misión transformar la organización, ante la realidad de una nueva forma impuesta en el cambio de siglo, un estímulo para encontrar nuevas formas de pensar y de actuar. Un liderazgo para el cambio en el que se perdió (en cierta medida) a la figura del líder como elemento conocido y cercano.
Yukl, considera que la esencia del liderazgo en entornos VUCA se concentra en la forma en que los líderes facilitan el trabajo y el esfuerzo individual, o colectivo, dirigiéndolo hacia los objetivos previstos. Destaca el cómo por encima de la función misma y es que con anterioridad a los planteamientos VUCA, la influencia era la esencia del liderazgo. Sin embargo, a raíz de la nueva realidad de la sociedad actual, al líder se le asigna una función moral que antes no incorporaba a sus quehaceres.
Ahora se convierte en imprescindible el carácter de desarrollador del equipo y al tiempo se demanda que fije la visión y seleccione el camino a seguir para llegar de la manera adecuada al objetivo.
Los líderes millenials han integrado el liderazgo ambiguo en un liderazgo transformador y menos jerárquico, en el que de un lado rompen con los criterios estáticos, los planteamientos fijos, la estructura y la organización para protagonizar un liderazgo abierto y conectado, eficaz para el momento, pero ambicioso, disruptivo e innovador pero motivante y, por supuesto, tecnológico, constante y permanentemente comunicado. De otro lado, buscan un concepto abstracto de líder moral basado en el estímulo individual, el estímulo intelectual, la motivación inspiradora y la capacidad de innovación y creatividad de todos los implicados. Son conscientes de la realidad VUCA, de lo fugaz del presente y de lo inmediato del futuro.
Es un liderazgo en el que no se conoce al líder, ni existe relación directa, aunque el contacto tecnológico sea muy frecuente, es inspirador por los métodos y resultados, pero no por las relaciones personales, tiende a ser anónimo y objetivo porque la velocidad actual así lo exige en cada momento, pero también es creativo y sensible capaz de diseñar estrategias válidas, utilizarlas y después destruirlas en busca de otras estrategias. De nuevo el aquí y ahora.
