Las personas fuertes de las organizaciones. En las empresas se reúnen todo tipo de personas y personalidades y a los máximos responsables les corresponde su gestión, procurando obtener de cada colaborador los mejores rendimientos. Hay que partir de la base de que cada persona es diferente y cada uno tiene capacidades muy distintas. Por esta razón, los directivos trasladan las mayores responsabilidades a las personas trasformadoras, las que han demostrado capacidades propias para mirar, e incluso prever los tiempos por venir.
Las personas trasformadoras son esenciales en las organizaciones por su carácter y ejemplo, así como por la fuerza que imprimen en sus actividades. Se caracterizan por aprovechar las circunstancias para integrar la realidad y el entorno trasformador en la organización. Gestionan especialmente bien el cambio y demuestran creatividad y capacidades de flexibilización y valentía.
Lo curioso de estas personas fuertes es que no tienen porque considerarse líderes. Les basta con ser ellos mismos a pesar de las repercusiones que puedan tener sus actos.
La trasformación requiere movilizar las estructuras y los recursos y al tiempo el espíritu o la personalidad colectica de la empresa. Toda trasformación representa un estímulo comprometido en buscar (y a veces encontrar) nuevas formas de pensar y hacer, nuevas alternativas y nuevas relaciones. Dice Charles Handy que las empresas transformadoras son organizaciones de consentimiento, no de control y que aunque cometan errores son las únicas que se preparan para el futuro.
Si hubiera una característica a destacar de las personas fuertes en las organizaciones sería su capacidad para gestionar la adversidad. Se enfrentan a ella y gestionan hábilmente sus potencialidades sabiendo obtener los mejores resultados. La adversidad nos hace crecer, nos desarrolla personal y profesionalmente haciéndonos más fuertes aun y preparados para el futuro. A pesar de que la adversidad no nos guste, hay que ser consciente de que, en la sociedad actual, aparece diariamente y nos condiciona.
Las organizaciones que tienen personas fuertes y transformadoras en sus plantillas saben que están ante colaboradores difícilmente prescindibles, en los que pueden y deben descansar las principales estrategias y responsabilidades.