Luis Alberto de Cuenca es, aparte de amigo mío desde la juventud (quizá desde la niñez), el gran poeta de mi generación. Hace unas semanas releí otra vez su obra “Su nombre era el de todas las mujeres” (editada por Renacimiento 2013) y de nuevo me encontré con Espejismo. Un poema (ya muy conocido y recitado) lleno de evocación, sensibilidad y fuerza narrativa que me apetece compartir con todos, con el deseo de que os guste y emocione tanto como a mí.
El Espejismo
Alguien me dijo que se había ido
fuera de la ciudad. Y volví a verla
cuando no estaba ya. Volví a entregarme
al dolor de sentir su lejanía
y a la añoranza de sus movimientos.
Volvió a decirme en sueños que me amaba
y a protagonizar mis pesadillas.
Volví a verla desnuda entre mis brazos.
Volvió a verme desnudo entre los suyos.