Cómo vino la globalización

Cómo vino la globalización (2/2)

jueves, 4 noviembre, 2021

Cómo vino la globalización (2/2). La globalización toma como señas de identidad cuatro elementos independientes pero que en su desarrollo se unen indisolublemente: a) la armonía de los comportamientos, b) la tecnología como instrumento operativo, c) lo intangible convertido en meta alcanzable y d) el valor del hombre por encima de todas las cosas (quizá este aspecto sea el menos novedoso).

a) El gran reto de las últimas décadas del siglo pasado fue consolidar la libertad como perdurable. Las generaciones actuales han heredado de este pasado mediato los deseos de libertad como un logro ganado con la sangre y las penurias que el siglo XX protagonizó. Hoy, todavía no cerrado este capítulo, ya se ha modificado su contenido por la “armonía” aplicada a los comportamientos del hombre en cualquier momento y lugar.

b) De otro lado, la tecnología cambió las reglas de juego que venían representando el paradigma socio-económico, político y personal. Imprime una velocidad en los comportamientos y en las decisiones, desconocidas hasta ese momento y aparece el término “tiempo real” como contrapeso al tiempo geográfico establecido en el orbe, para predicar que todo es posible “aquí y ahora”.

La tecnología es el gran cambio que desde la época actual marcará una nueva forma de comunicación ente las personas, de pensamiento y de comportamiento y por supuesto de sentimientos, energías, pasiones y depresiones.

c) El uso de la tecnología ha provocado un acercamiento a lo intangible y al intento de alcanzarlo y hacerlo físico. Se crea un mundo virtual paralelo y más poderoso que el mundo real, lo que daría lugar a la vorágine de internet, y del nuevo universo e-business. El conocimiento se une a la imaginación, y a la tecnología convirtiendo a la capacidad de innovación en el factor decisivo para competir en los entornos internacionales. Realmente para competir en el “macro-entorno”.

d) El cuarto fundamento de la globalización, se refiere a las personas y a la dignidad humana, verdaderos protagonistas de “la verdad naciente y común”. La dignidad humana como fin y meta. El hombre como acción. El hombre como pensamiento tan lógicamente complementado (que no opuesto) por la tecnología que hoy es difícil sobrevivir el uno sin el otro.

Pensar es siempre el origen de cualquier acción/inacción. Pensar a través de los activos tecnológicos representa involucrarse en la realidad y en la visión de los valores de la sociedad actual. Históricamente, marginados, místicos, románticos, algún científico o los que mantienen actitudes laxas, se olvidan de los valores que rigen su sociedad y se “trasladan a su mundo”. Puede seguir ocurriendo lo mismo respecto al mundo globalizado y a la tecnología, lo que no significa que pierdan poderío o capacidad creativa. Simplemente se confirma la ley de la diversidad y la matiza en aras a la autoría personal.

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